En el caso de que ya te hayas enfrentado a tomar la decisión de dónde enviar a tu hijo a estudiar idiomas en el extranjero, habrás descubierto la importancia de decidir, también, las actividades complementarias. Por supuesto, el deporte no es solo una de las principales actividades por las que podemos decantarnos, sino que será uno de los factores que ayudarán a nuestros hijos a una mejor adaptación y sacar el máximo de su experiencia en el extranjero.
Quizá en España estamos muy acostumbrados a los deportes que practicamos de forma más habitual, pero en otros países la variedad es mucho mayor y esto hace que la decisión no sea tan sencilla como a priori pueda parecer. ¿Quiero que mi hijo siga reforzándose en natación? ¿Y si es más interesante que pruebe un deporte más estratega como el rugby? ¿Quizá que descubra hasta dónde es capaz de llegar con deportes individuales como la equitación o el golf?
Lo cierto es que cada deporte tiene, además de sus particularidades, unos beneficios concretos y que pueden ayudarnos a tomar una decisión personalizada sobre la experiencia de nuestra hija o hijo. Por ejemplo, cuando son más pequeños (hasta los doce años) podremos decantarnos por deportes que les ayuden a tener visión de campo y a aumentar sus habilidades motoras y de coordinación. Cuando van siendo más mayores, podemos empezar a reforzar sus habilidades sociales, su capacidad de juego en equipo y de liderazgo, pensando ya en su futura vida adulta.
La opciones son múltiples dependiendo del país, colegio, edad, campamento, etc. pero en este post resumimos las ventajas de algunos delos deportes más populares que pueden practicar en el extranjero, para ayudarte a tomar una decisión. Aunque, claro está, lo más importante siempre será que tu hijo sienta pasión por lo que vaya a hacer:
El golf es uno de los deportes más completos que hay para los que disfrutan al aire libre y de la Naturaleza. Para realizar el swing perfecto, se activan muchos músculos, desde las piernas hasta los hombros, favoreciendo a su vez a desarrollar la coordinación, posición, espacio y equilibrio.
Es una actividad que se puede iniciar a una edad muy temprana y que permite que desarrollen confianza en sí mismos. También fomenta la capacidad de concentración, por lo que es uno de los deportes más recomendables para niños con hiperactividad.
La hípica o el polo son deportes de alto rendimiento y que exigen una gran dedicación. No solo es importante tener fuerza, también tener paciencia para aprender a domar al caballo desde los valores del respeto y amor por la Naturaleza. Estas características de una disciplina que tanto tiene que ver con la relación del ser humano con su entorno, hacen de él una gran opción, al igual que el golf, para niños inquietos.
Además, en el caso del Polo, permite desarrollar también otras habilidades relacionadas con el juego en equipo: liderazgo, coordinación, estrategia (y, por qué no, pasar grandes momentos).
Lo bueno del fútbol es que, además de ser el deporte más popular en España, es muy practicado en otros muchos países. Esto nos va a permitir escoger esta actividad en casi cualquier lugar al que nos dirijamos. Además, como bien sabemos, puede empezar a practicarse a cualquier edad y seguir reforzando el juego de nuestros hijos solo que… ¿en francés? Sí, o en inglés o en alemán.
La afición del fútbol desata pasiones en nuestro país, pero además es un gran deporte para desarrollar el juego en equipo e integrar de valores como el respeto. Una gran opción para pasar el tiempo libre de manera saludable.
El rugby es un deporte con algunos tintes primitivos, pero no deja de tener mucha Historia y dota a sus jugadores de una clase y un estilo como otros pocos deportes. De él se desprendió el futbol americano con unas reglas muy diferentes. Y hablando de normas, en sus orígenes griegos apenas había y hubo que esperar hasta la Edad Media para poder ver esta práctica reglada.
Se recomienda practicar a partir de los 12 años (aunque puede empezarse antes), ya que requiere de un físico algo desarrollado. Aunque lo que más cabe destacar es el sentimiento de unión y pertenencia al equipo que fomenta entre sus jugadores, que crea a grandes líderes y jugadores de equipo, dentro y fuera del campo.
Estar a la altura muchas veces no depende de cuánto se mida. Grandes jugadores de baloncesto no pasaban del 1,80 y eso no les impidió llegar a lo más alto de este deporte. Y es que lo fundamental en el basket es la disciplina y la constancia.
Es un deporte muy estratégico y permite tener una visión de conjunto, además de requerir un juego en equipo que fomenta las capacidades interpersonales, además de mejorar la confianza y autoestima en un jugador que puede ver notables mejoras desde sus primeros momentos.
Sea Rafa o Roger, la dedicación y la pasión es algo que el tenis enseña. Ellos empezaron desde pequeños, ya que es un deporte que puede iniciarse entre los cuatro y los seis años, dependiendo del desarrollo psicomotor del niño. Proporciona resistencia y potencia, a la vez que favorece la coordinación visiomanual.
Por su popularidad, es una disciplina practicada internacionalmente y permite relacionarse con gente de todo el mundo. Aprender un idioma mientras se juega al tenis, es la combinación perfecta de actividades.
Quizá tu hijo se sienta, literalmente, como pez en el agua. Quizá también se sienta cómodo con deportes individuales en los que la autosuperación es la que rige cada brazada. Es, entonces, la natación un deporte a tener en cuenta.
Además de poder practicarse en todo el mundo, no solo nos permite desarrollar valores como el esfuerzo, constancia y dedicación (cada milisegundo cuenta); sino que nos va a esculpir un cuerpo griego: (espalda, brazo, hombros y piernas fibrosas) y va a fomentar un estilo de vida saludable.
Elijas el deporte que elijas, es la actividad perfecta para que tu hijo viva una experiencia única en el extranjero. Descubre nuestros programas de idiomas y deporte y si tienes cualquier pregunta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.