Quizá al pensar en cómo es la experiencia de estudiar en el extranjero nos imaginamos la vida en el típico high school norteamericano que hemos visto tantas veces en las películas de adolescentes. O tal vez en nuestra imaginación vaya al clásico colegio privado de Reino Unido en el que los niños van a recibir una educación estricta y ejemplar.
La realidad va mucho más allá, yes que las posibilidades de estudiar un período académico en el extranjero desde los 8 años son de lo más variado. Esto hace que cada vivencia sea única, con el maravilloso factor común de estar rodeado de personas nuevas, de adentrarse en una cultura nueva e integrarse hasta tal punto que se alcance el puesto de capitán del equipo local de lacrosse.
La cuestión es, ¿qué experiencias o ventajas tendremos a la hora de estudiar fuera?
El primer día será el más emocionante y memorable de todos. Hay muchos factores que pueden ir mal como perder el vuelo, estar perdido en el centro de estudios o no conocer a nadie el primer día.
Por ello, es importante contar con un equipo experto que nos acompañe y asesore en todo momento, con un acompañamiento que hagan de los primeros días de la estancia, toda una aventura que se recuerde como una anécdota entrañable.
El día que llegue, será una aventura. Estarán pendientes de todo lo que pasa a su alrededor, desde que cogen el vuelo hasta que se van a dormir. Sentirán emoción por lo desconocido e intriga por si será todo como se lo han imaginado.
Es innegable, que el primer día serán un manojo de nervios, y lo que debemos hacer es transmitir calma y estar emocionados por ellos y la increíble experiencia que les espera.
La morriña es el sentimiento de nostalgia del lugar del que procedemos. Es normal echar de menos, y más las primeras semanas, nuestra casa, familia, amigos y comida (como remedio, aconsejamos llevar un paquete de jamón serrano en la maleta).
A pesar de que los años académicos de AE Idiomas están preparados para ser una experiencia de inmersión completa y esto implica que no haya más niños españoles, en algún momento podrán tener algún contacto con alguna persona, algún elemento o alguna rutina que les resulte familiar.
La sensación de familiaridad será difícil de olvidar, y por ello, cuando se encuentren con algo conocido, se sentirán como en casa.
Irnos fuera a estudiar es una aventura, y más si es acompañados. La gente que se conoce cuando estudian fuera, son amistades muy fuertes debido a la intensidad con la que se vive todo. En pocas semanas, desconocidos se convierten en amigos de toda la vida. Y quién sabe, quizá en 10 años empiecen a tener bodas por todo el mundo.
El tiempo con ellos pasará muy rápido y serán personas que recordarán siempre.
El tiempo pasa muy rápido, y más si nuestros hijos estudian en el extranjero. Una experiencia así les hace madurar en todos los sentidos. Estudiar fuera implica que tengan que valerse por sí mismos.
Esa capacidad, sin duda, es una herramienta que les capacitará para enfrentarse a su día a día con mucha más soltura, además de aprender a gestionar su tiempo y ser más responsables e independientes.
Claramente, ya sea la primera vez(o no) que decidamos que nuestro hijo viva una experiencia académica en el extranjero, cada viaje será una aventura que recordarán como una de las mejores de su vida.
Libertad y obligaciones les permiten vivir al máximo todo lo que hagan, y por ende disfrutarlo. No solo aprenden un idioma, sino que aprenden a vivir y tener percepción del tiempo. Amigos que serán su familia, actividades que les ayudarán a desarrollar sus habilidades sociales y descubrir sus pasiones y mucho más.
En AE Idiomas trabajamos para que nuestros alumnos vivan la experiencia de estudiar en el extranjero de la manera más memorable posible. Os acompañamos en todo el proceso, desde asesoramiento y elección del colegio, hasta su regreso. Nos preocupamos porque nuestros alumnos estén lo más cómodos posibles en el destino, desde la tranquilidad y cercanía.